Presidente americano manifiesta bajar impuestos a empresas y ricos

Donald Trump presidente de Estados Unidos dio a conocer el pasado miércoles la mayor reforma fiscal en tres décadas al proponer el recorte de impuestos para la mayoría de los estadounidenses. Esto ha provocado un aluvión de críticas pues el plan beneficia a los ricos y a las empresas y podría sumar miles de millones de dólares al déficit.

La propuesta, según el presidente, tiene como objetivo ayudar a la clase trabajadora y crear empleos. Sin embargo afronta una batalla en el Congreso con su propio partido dividido y hostilidad entre los demócratas.

Los republicanos piensan reducir las tasas impositivas a la renta de las compañías, recortar impuestos a pequeñas empresas, bajar la tasa máxima para las personas y eliminar algunas exenciones tributarias ampliamente utilizadas, como la que beneficia a contribuyentes en estados dominados por los demócratas donde se pagan altos impuestos.

Trump le manifestó a los  periodistas en la Casa Blanca que “será algo especial” y “esencialmente el mayor recorte de impuestos en la historia de nuestro país”.

Este plan que lleva meses de conversaciones entre los asesores de Trump y los principales republicanos en el Congreso  al que se unieron los grandes empresarios no da muchos detalles acerca de cómo se va a pagar por los recortes sin aumentar los déficits.

Trump magnate inmobiliario convertido en político, aseguró que personalmente no ganaría a nivel financiero con la propuesta. “pienso que hay muy pocos beneficios para las personas ricas”.

Trump ha rehusado a hacer públicos sus propias devoluciones de impuestos a diferencia de la mayoría de sus predecesores en la Casa Blanca.

El plan fue presentado un día después de que una reforma al sistema de salud llamada  “Obamacare” fracasase en el Senado Por otro lado el gasto en infraestructura un gran deseo del presidente no se ha materializado aun

Los legisladores han eludido una amplia reforma tributaria durante décadas. La última fue aprobada en 1986.

Se prevé un impuesto del 20% a las compañías, desde el actual 35 por ciento, lo que no cumpliría con la demanda inicial de Trump de un 15 %.

Las empresas en Estados Unidos pagan altos impuestos por estándares internacionales, sin embargo algunas de ellas pagan mucho menos que lo establecido debido a vacíos legales y exenciones.